José Pedro Croft

1957, Oporto, Portugal
Vive y trabaja en Lisboa, Portugal

José Pedro Croft es uno de los máximos representantes en la renovación de la escultura portuguesa. Su trayectoria, inscrita tanto en este género como en el dibujo, ha venido marcada desde sus inicios por un cuidadoso proceso constructivo en el que entran en contacto tanto su universo formal como el particular. En palabras del propio Croft, «lo interesante de mi obra está en los matices y las pequeñas diferencias, no en tratar de encasillarla dentro de una línea determinada». En definitiva, se trata de un proyecto artístico al margen del itinerario fijado por escuelas y grupos.

En relación con esta concepción, sus creaciones son siempre el fruto de una investigación sobre los procesos que se desencadenan en su interior, y en el que se entreveran las dimensiones visuales, plásticas y poéticas de los objetos creados, produciendo una sensación de precario equilibrio entre lo estable y lo inestable, y que, para el artista luso, «refleja lo transitorio del universo».

Sus esculturas crean complejos diálogos con el entorno así como con su propia forma y volumen por medio de sencillas estructuras, casi minimalistas, que combinan tanto la materialidad del objeto como sus aspectos formales. En algunos casos, estos últimos se ven reforzados por el uso de pintura industrial de colores vivos, que se aplica de tal forma que sugiere una percepción de la escultura como una pintura en relieve. Más aún, Croft emplea espejos y cristales para jugar con los efectos de la luz, la sombra y los reflejos a fin de crear nuevos volúmenes y un sentido alterado del espacio. Una tensión dialéctica entre lleno y vacío termina por aparecer, la cual puede ser trasladada a sus trabajos sobre papel.

En el año 2017 representó a Portugal con la instalación Medida Incerta en la Bienal de Venecia, comisariado por João Pinharanda.

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