La de 1995 fue la primera edición de la feria Arco Madrid en la que participó la galería Helga de Alvear. En la doble página del catálogo que le correspondía, además de una imagen de una obra de Mitsuo Miura y el listado de artistas que formaban su propuesta expositiva, se incluía una nota que decía “Después de treinta años la galería Juana Mordó ha cambiado su nombre (tomando el de su propietaria Helga de Alvear) y se ha trasladado a un nuevo espacio cerca del Museo Nacional Reina Sofía”. Así, desde su incepción, la galería ha tenido una estrecha y continuada relación con la feria Arco, de la que se cumple el trigésimo aniversario en la próxima edición de 2025. Más allá de nuestras fronteras, Art Basel y Frieze, entre otras, han sido igualmente plataformas de promoción de gran importancia en la trayectoria de la galería.

Con el título «7B01», nuestro número del stand de Arco en sus más recientes ediciones, esta exposición colectiva busca descontextualizar la experiencia de disfrutar del arte en una feria. A modo de escenario, el visitante es confrontado con todos aquellos elementos arquitectónicos y accesorios que caracterizan los espacios expositivos en este tipo de eventos comerciales. Huérfanos del característico bullicio del público y del componente de socialización, pierden su camuflaje revelando el impacto que tienen en la apreciación de las obras de arte que albergan.

Como si se tratara de una fotografía de Jeff Wall, el visitante pasa a formar parte de un montaje, de la escenografía de un acontecimiento que no queda claro si es realidad o ficción. Así, desde la descontextualización y una cierta extrañeza, es invitado a reflexionar sobre la naturaleza de las ferias de arte.